Literatura a la mesa: Nuevas perspectivas sobre alimentación y sabor

La literatura y la cocina comparten varias metáforas donde se mezclan saberes, sabores y recetas de cocina y escritura. Como ya escribió Sor Juana Inés de la Cruz: "Si Aristóteles hubiera guisado, mucho más hubiera escrito". ¿Qué platos encontramos en este cruce entre literatura y alimentación? Nuevos aderezos para mejorar las recetas sobre identidad, memoria, migración y cuerpo.

Este fue un taller que contó con unos 13 participantes sumados a los invitados especiales que se unieron a este espacio desde varias partes de Iberoamérica.

En una primera ronda de presentaciones, los 4 invitados se presentaron y expusieron algunas de las ideas o curiosidades que los llevaron a vincularse al tema de la alimentación desde y/o a través de una mirada desde las artes y humanidades, en particular, desde la literatura.

Juan Pablo Mellado, tras encontrarse con la cocina primero como herramienta para sobrevivir, logró unir ese mundo con su interés y amor por la literatura y así terminar trabajando en el cruce entre cultura, identidad y cocina, redescrubriendo la identidad gastronómica chilena.

Por su parte, Elizabeth Lino llega desde el mundo de la literatura y los libros al estudio de las literaturas populares por su interés en relatos que están fuera del centro, lo que ella llamó, narrativas de la periferia. Su pasaje por la antropología le brindó mayor fuerza en el foco sobre testimonios e historias orales, y ha trabajado, entre otros temas, sobre la memoria de comunidades andinas del Perú. Nos contó como en su trabajo sobre las cosas que se cuentan, que se escuchan en las fiestas patronales de diferentes comunidades, la comida es central ya que surge como el espacio para combatir, como una suerte de enlace, permitiendo que las tradiciones continúen.

Felipe Acevedo ha venido explorando sobre trayectos que se narran a través de imágenes alimentarias en el contexto literario, lo cual le permitió considerar la expansión de lo que se entiende por literatura, ya que los textos culinarios dejan en evidencia lo que la palabra no puede transmitir (un repertorio de gestos, sabores y acciones que son profundamente experienciales, como lo es el aprender a cocinar). Una idea que plantó fue el potencial ontológico que tiene el comer rico, dado que ese aspecto es fundamental como forma de humanizarnos - el placer de disfrutar una comida rica es tan importante para contextos de lujo como los populares. Idea relevante al plantearnos la realidad actual en donde ya no se puede ni almorzar sentado -a modo de ejemplo de pérdida de la dignidad. Al mismo tiempo, disfrutar de una comida sólo nos permite hacernos gente sino también ser parte y crear comunidades -construir identidades locales. En este sentido nos plantea el concepto de las comunidades identitarias que desafían las fronteras geopolíticas y se basan en transmitir sabores y saberes a través de generaciones más allá de sus ubicaciones espaciales.

Lorenzo Piera, nos recordó sobre el manifiesto de cocina futurista del 1919 como disruptor de una forma de entender la mente y el estómago y sus intervenciones se ciñeron a explorar los vínculos con las ciencias cognitivas y la literatura. Nos recordó de las metáforas que utilizamos habitualmente (por ejemplo, tragar una charla) como ejemplos que muestran una analogía estructural y conexión entre ambas partes del cuerpo. A partir de ese momento en donde con la cocina futurista “nace la primera cocina humana, el arte de alimentarse”, es posible asimilar a los cocineros a artistas y el estómago puede generar una experiencia estética. A partir del siglo XX entonces, ya se trasciende la tradición literaria más clásica en donde un texto tiene un significado absoluto, para comenzar a integrar aspectos sensorias y subjetivos, en particular, la comunión entre estomago y mente.

Estas aproximaciones llevaron a un diálogo y expansión de algunas de estas ideas, revisando ejemplos concretos en las rutas de los alimentos en la memoria o las fiestas andinas del Perú, hasta revisar los aspectos gestuales y táctiles del comer y del leer -y considerar sus paralelismos-, las dimensiones corporales que conectan el ansia de conocer (a partir de la boca en la infacia) y luego la consideración de que debemos hablar de saberes sensibles profundamente sinestésicos (en oposición a un saber de la vista y un saber del gusto). Juan propuso una provocación diciendo que “en la literatura chilena es difícil encontrar comida, pero sí en la poesía” y de que resulta evidente como en algunos países se parecería comer más que en otros en la literatura. Estas reflexiones resaltaron las conexiones entre metáforas, el lenguaje y lo que permite o no representar, así como los aspectos identitarios que salen a la luz a través de las prácticas. Juan dice “cocinar se parece mucho a hablar” y de que en cuanto a identidades, cada país tiene la propia “porque tiene su forma particular de hacer las cosas” - la manipulación de un alimento varía de lugar a lugar y eso es lo que confiere la diferencia identitaria - así nacen las cocinas en una comunidad.

Hacia el cierre Jorge provocó al panel con la pregunta sobre qué rol o tensiones propone el considerar al placer y las limitantes que podrían ofrecer varias ideas de sostenibilidad. Recordó que es a través del placer que las comunidades van construyendo resiliencias para construir sus cambios. En ese placer encontramos la ingesta, el compartir y el contar historias, por tanto quizás el problema es de la narrativa pero no de la poesía. Felipe respondió a la provocación comentando como podríamos enfocarnos en la ontología alimenticia a través de la literatura como forma de imaginar diferentes formas de ingesta, y así diferentes formas de ser. Habilitaría la posibilidad de imaginarnos miembros de una comunidad que no destruye el lugar que habita -allí la imaginación literaria podría pensar otra forma de ser que no necesariamente deba atacar o disminuir ciertas identidades culturales. Lorenzo por su parte asimiló el placer de elaborar una comida al placer de vincularse a una obra literaria compleja, en donde la rapidez o no, determina la experiencia que tendremos - es el ritmo de adquisición de placer lo que puede hacernos perder de vista de donde vienen los alimentos (y por ende, menos placer gustativo). En los choques existentes entre temas de identidad y sostenibilidade, Juan marcó las tensiones inevitables debido a las múltiples dimensiones que vinculan estos aspectos, y por tanto la importancia de no separarlas y aceptar esta tensión. Elizabeth nos contó como en el caso de las comunidades andinas de Perú, el ejemplo de la ingesta de carne no tiene que ver con las dimensiones que podríamos estar pesando, ya que en ese contexto de fiesta, ritual, la ingesta tiene que ver con multiples aspectos y significados, en donde la comunidad está presente desde el sacrificio hasta el momento de compartir - y esto se vincula a nociones de familia, sostén y lo que significa el evento festivo en una comunidad ganadera.

Ver video completo del taller:
Oradores invitados
Juan Pablo Mellado
Chef Director del Laboratorio Gastronómico JUNAEB, Chile

"Hecho en Chile: identidad culinaria y puesta en valor de la cocina popular chilena"

Chef Director del proyecto Laboratorio Gastronómico de JUNAEB, escritor de varios libros de cocina y conductor de programas culinarios. Convencido de que la cocina es uno de los más potentes rasgos culturales y de identidad de los países, ha puesto el eje central de su carrera en el estudio, la puesta en valor y la difusión de la cocina chilena. Fue recetista y gestor del proyecto de reedición del libro Epopeya de las comidas y las bebidas de Chile [1948] del escritor chileno Pablo De Rokha.
Elizabeth Lino Cornejo
Investigadora independiente y artista escénica, Perú

"La ruta de los alimentos en la memoria de los pueblos"

Investigadora independiente y artista escénica en temas de memoria, testimonio, historia, performance y tradición oral. Ha estudiado la relación entre el cuerpo, la sexualidad y la comida en los relatos de origen. Coautora del libro Oía mentar la Hacienda San Agustín (Premio Andrés Bello de Memoria y Pensamiento Iberoamericano 2006). Ha publicado: Nuestros abuelos nos han dicho (Primera mención al mérito artístico en la primera Bienal Intercontinental de Arte Indígena Inti Ñan-Ecuador 2006), Turmania en la ciudad invisible (finalista del concurso de cuento ICPNA-2008), y Josefina, la mujer en la lucha por la tierra (2014).

Felipe Acevedo
Candidato a doctor en literatura, Pontificia Universidad Católica de Chile

"Hecho en Chile: identidad culinaria y puesta en valor de la cocina popular chilena"

Candidato a doctor en literatura por la Pontificia Universidad Católica de Chile. Su investigación se enfoca en la representación de la trayectoria de los alimentos y la importancia de los saberes culinarios. Docente de educación superior por más de diez años, ha dictado cursos de literatura y comida.

Lorenzo Piera Martín
Candidato a doctor en literatura por la Universidad de Salamanca, España

"La mente y el estómago: poéticas, recetarios y degustación"

Candidato a doctor en literatura por la Universidad de Salamanca, pertenece al grupo ILICIA (inscripciones literarias de la ciencia). Su investigación se centra en la relación de las ciencias cognitivas y la literatura, concretamente en los abordajes de la literatura actual desde las teorías de la recepción y la conciencia con interés por los sabores literarios.

Coordinan y moderan este encuentro: Mauricio Cheguhem, Sofia Rosa y Jorge Marcone
Materiales relevantes para nutrir la discusión:

Cocina rico con Junaeb
Participación de Juan Pablo Mellado

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