No hay tierra pobre si el mar es rico
Con muchas riquezas en el mar, pero con muchas carencias en la tierra. Así se puede caracterizar desde la perspectiva de un productor hortícola el Cerro de los Pescadores, popularmente conocido como Punta del Diablo. Es que el suelo del lugar es arenoso, con poca materia orgánica para nutrir los cultivos. Por ello es que Claudio y Leticia, residentes locales y horticultores, habían estado probando distintas formas de enriquecer el suelo a través del compostaje.
Enero del 2018. Claudio bajó a la playa y vio que todo el desperdicio de la pesca del día anterior había sido devuelto por el mar: cientos de kilos de tripas, cabezas y colas de pescado entre la gente que había venido a Punta del Diablo por el encanto de sus playas. Con la idea en la cabeza de que estos residuos podrían ser de gran valor para mejorar el suelo de cultivo decidió acercarse a los pescadores. No fue fácil. Al comienzo los pescadores no entendían qué iba a hacer una sola persona con todo el desperdicio de pescado de la localidad. Sin mucho convencimiento, los pescadores le cedieron parte del desperdicio para que Claudio intentara el primer prototipo. Aún faltaban dos protagonistas claves de la historia, el aserrín y los microorganismos eficientes nativos. El primero de ellos, desperdicio de los aserraderos locales, también representaba un problema ambiental ya que su deposición en el terreno acidifica el suelo y los bañados, además de que representa un riesgo potencial de incendios forestales. El segundo es un líquido con microbios hecho con mantillo del monte que resulta clave para acelerar el proceso de compostaje.
–Los microbios son los que hacen la mitad del trabajo.
Luego de un año fue que los pescadores tomaron en serio a Claudio y a su emprendimiento llamado Jardín Primitivo. ¡Al ver el producto final que se generaba a partir de los desperdicios no lo podían creer!
–Teníamos un fertilizante muy bueno para nuestro suelo a partir de la pesca.
Durante 60 años el desperdicio de la pesca artesanal había sido un problema ambiental muy grande en la zona y lamentablemente la población ya se había acostumbrado.
–El cambio fue muy grande. De la noche a la mañana desapareció el problema.
La comercialización también ha sido un éxito. Hoy Jardín Primitivo destina su producción a nivel local pero también llega a los departamentos de Maldonado, Canelones, Montevideo y Florida.
–La gente te dice que el producto está buenísimo y quiere más...Hasta los mismos pescadores nos compran y nos dicen ‘mi abuelo tiraba ese pescado en la arena y después plantaba toda la vida ahí arriba’.
Fotos: Jardín Primitivo
¿Qué objetivos tiene la iniciativa?
Valor agregado
Proporcionar valor añadido a un producto, proceso y/o actividad a través de la transformación de productos y/o prácticas de la pesca artesanal.
Ordenamiento
Promover el uso ordenado y sostenible del territorio costero-fluvial y las actividades pesqueras allí desarrolladas, considerando criterios ambientales, económicos, socioculturales, e institucionales.
¿Qué estrategias ha implementado la iniciativa?
Alianzas
Formación de alianzas y relaciones de colaboración entre diversos actores con el fin de ampliar el alcance e impacto de las iniciativas vinculadas a la pesca artesanal, así como aprovechar distintos conocimientos y experiencias.
Economía circular
Reducción y/o reconversión de desechos a través del reciclaje y/o la puesta en valorización de los residuos de la actividad pesquera.
Procesamiento
Mejora en procesos de productos y/o materias primas de la pesca artesanal durante la etapa post-captura a través de la incorporación de prácticas y/o tecnologías.