Graduando amantes del mar
Quizá no todos sepan que Punta del Diablo fue originalmente bautizada como Cerro de los Pescadores. Es que cuando todo comenzó, allí solo habitaban un puñado de gauchos pescadores que junto a sus familias forjaron la identidad del pueblo. Se capturaba tiburón para extraer el hígado y venderlo como insumo para laboratorios que comercializaban la vitamina A. Dicha vitamina, que se encuentra en grandes cantidades en el hígado de tiburón, servía para mejorar la agudeza visual de los pilotos de la Segunda Guerra Mundial. Una vez terminada la guerra, la demanda por vitamina A cayó estrepitosamente. En respuesta a la imposibilidad de vender hígados y la falta de electricidad en el pueblo resurgió una técnica primitiva, la salazón de pescado, hoy mal llamado “bacalao criollo”.
Devenido en destino turístico a partir de la década de los 90s, Punta del Diablo lucha por mantener su fuerte arraigo por la pesca artesanal como medio de vida y como parte esencial del paisaje. Robert Acosta es un defensor férreo de la pesca artesanal. En su Punta del Diablo natal, Robert ha zarpado incontables veces hacia el mar. Sorprendentemente, uno de los mayores desafíos no lo ha encontrado a bordo de su chalana Manuela y Juan (llamada así por sus hijos), sino en tierra. La pesca artesanal ya no despierta el mismo interés entre los jóvenes y progresivamente el oficio de pescador artesanal se ha ido diluyendo.
- Les dábamos una charla, yo les daba el video de la Escuelita de Pesca y les hacíamos una picadita en el galpón, todo en el galpón mismo. Infraestructura que tenemos para procesar el pescado, ahí mismo en el galpón y la gente se iba re contenta, re contenta. Le llevábamos al bote, le mostrábamos las redes, cómo trabajamos, de qué manera, dónde lo procesamos al pescado, cómo lo procesamos y la gente quedaba... Alucinaba… ¡Le encantaba!
Así, la Escuelita de Pesca Artesanal ha graduado a muchos turistas interesados en la vida del mar, desde niños pequeños a estudiantes universitarios, y se encarga de mantener viva la llama de la pesca en nuestras costas oceánicas. Pero el destino les tenía preparada otra sorpresa. Nuevamente invitados por Slow Food, Robert expuso la experiencia de la Escuelita frente a un estadio con capacidad para 25.000 personas en Turín, Italia, que respondió coreando el nombre de Robert y de Uruguay.
Fotos: Escuelita de Pesca Artesanal
¿Qué objetivos tiene la iniciativa?
Valor agregado
Proporcionar valor añadido a un producto, proceso y/o actividad a través de la transformación de productos y/o prácticas de la pesca artesanal.
Valor cultural
Objetivo orientado a fortalecer, promover y transmitir el acervo de creencias, prácticas, costumbres, tradiciones y relaciones que identifican a la pesca artesanal, reforzando así la identidad ocupacional de los pescadores y pescadoras.
Sustentabilidad ecológica
Promover un balance entre el uso de recursos pesqueros y la conservación de los ecosistemas de los que forman parte.
¿Qué estrategias ha implementado la iniciativa?
Venta directa
Acortamiento de las cadenas de comercialización, logrando al mismo tiempo un fortalecimiento de la relación pescador-consumidor y pescador-chef.
Alianzas
Formación de alianzas y relaciones de colaboración entre diversos actores con el fin de ampliar el alcance e impacto de las iniciativas vinculadas a la pesca artesanal, así como aprovechar distintos conocimientos y experiencias.
Diversificación
Diversificación en distintas etapas de la cadena de producción pesquera incluyendo la captura, post-captura, y/o comercialización.
Difusión
Difusión sobre los valores y beneficios asociados a la pesca artesanal, así como al consumo de productos de la pesca artesanal.